La inteligencia artificial será el nuevo imán para inversores en Bolsa, con crecimientos del 40%

Presente pero también futuro… bursátil. El sector tecnológico ha acaparado la atención de los inversores y ha sido una de las grandes apuestas durante los últimos años, lo que ha provocado que el Nasdaq marcara máximos históricos y acaparara la atención de los medios. Raro era el inversor que no recomendaba invertir en algunas de las grandes tech pero si ha habido una rama tecnológica que ha protagonizado una escalada aún más meritoria esa ha sido la inteligencia artificial (IA). Un nicho que se perfila como una nueva veta de atracción para inversores y con potencial aún en el medio plazo debido a su aún temprano desarrollo.

La inteligencia artificial se ha erigido como una de las temáticas más disruptivas en los últimos años y que hadado continuidad e impulso al rally de las tecnológicas. «Entre los principales culpables de que así haya sido están los gigantes tecnológicos y su apuesta decidida por hacer más accesibles este tipo de procesos dentro de sus modelos de negocio. Desde la accesibilidad a las bases de datos hasta el progreso en el aprendizaje profundo, la implantación de redes neuronales, etc. Es decir, aplicar la IA en su labor del día a día y a la que, cada vez, se suman otras empresas tecnológicas de menor tamaño», señala al respecto el director del Departamento de Estudios de Zonavalue, Juan Esteve.

No solo hay que remontarse a Estados Unidos sino también a Europa ya que cada vez más empresas se empiezan a familiarizar con su uso, sacando partido a las ventajas que ofrece. Más de un 35% de ellas ya la emplean de forma directa o indirecta y cerca de un 85% consideran la inversión en inteligencia artificial como una de sus prioridades estratégicas dentro de sus planes de desarrollo de negocio.

Si hay un sector que ha canalizado este apetito por la inteligencia artificial ese ha sido el sanitario. La cirugía asistida por robot o los diagnósticos preliminares y por imágenes ya aplican con frecuencia estos conocimientos, lo que hace que haya sido uno de los pioneros en su aplicación. De hecho, numerosos inversores han puesto en su punto de mira este sector, que tiene otros vientos de cola como el envejecimiento de la población o la crisis pandémica.

El sector salud parece que ha tomado cierta ventaja en la apuesta por la inteligencia artificial, pero otros van por detrás, pero a no demasiada deferencia. La industria del motor ya implanta esta tecnología como un elemento clave en materia de seguridad, conducción autónoma, movilidad… o las energéticas, en materia de renovables, para mejorar la eficacia y su producción de energía, mitigando los componentes imprevisibles, a nivel climático, de su actividad.

«Con este cóctel de catalizadores, no parece descabellado que se cumplan las previsiones que realiza la consultora Grand View Research, con las que coincidimos desde Zonavalue, y que pronostican que la Inteligencia Artificial crecerá a un ritmo anual compuesto (CAGR) del 40% en bolsa durante el periodo 2021-2028. Claro síntoma de que el potencial es enorme y que aún queda mucho por explorar. De hecho, el Stoxx AI Global Artificial Intelligence, uno de sus índices de referencia, se ha disparado ligeramente por encima de dicho porcentaje en los últimos doce meses (+43%)», apunta el experto de Zonavalue.

La evolución bursátil de la inteligencia artificial también ha sacado a relucir otro pilar que gusta mucho a los inversores: la descorrelación respecto a las tecnológicas. En caso de que se cumplan las previsiones, su potencial será el doble que el de las principales tech y confirmará la tendencia experimentada tras el impacto de la Covid-19 en los mercados puesto que mientras el Nasdaq apenas se ha revalorizado desde febrero, el sectorial de la IA lo ha hecho por encima de los dos dígitos.

«Por tanto, la inteligencia artificial se erige como ese as bajo la manga por el que están apostando no solo las grandes tecnológicas sino también los inversores ante la proliferación del big data, el aumento de la potencia de computación o la mayor accesibilidad a datos en la nube. Por ejemplo, el propio Jeff Bezos ha destacado, en innumerables ocasiones, las bondades de la IA para Amazon ya que les permite detectar anomalías o actividades de fraude a través de sus modelos predictivos, que identifican transacciones de ventas potencialmente fraudulentas. Si casi todos compramos a través de su e-commerce, ¿por qué no seguir también sus pasos y subirnos a la ola de la IA?», señala Juan Esteve.